Es una victoria. ¿Qué más cabe decir? Quizá La victoria pero eso ya no importa. Ahora es el momento de mirar hacia delante, ignorando esos fútiles intentos de sembrar de nuevo la crispación porque, como siempre y en el fin de ETA no podía ser menos, nunca llueve a gusto de todos.
La mayoría lo celebran, otros se emocionan, algunos recelan o fingen hacerlo. Otro calla, como la puta que es. Sí, hablo del expresidente José María Aznar. ¿Dónde está este hombre que gobernó ocho años España y que, sí, por mucho que duela porque entonces no funcionara, dialogó con los terroristas?
Damos gracias porque su delfín, encumbrado a trompicones, se haya alejado de las opiniones más reaccionarias del bando más radical del Partido Popular. Aunque, le cueste, Rajoy lo intenta: su "es una gran noticia, no hubo concesiones" necesitó un tercer borrador para admitir esto último (*).
Aún así, se agradece que el tono político se haya suavizado. Ante todo, que no falte ahora ese respeto inherente a la democracia y a la clase política. O eso al menos, es lo que se les supone a nuestros gobernantes y a los que aspiran a serlo.
Ellos son los que tienen la palabra ahora, los que responderán a las preguntas. Ahora, ellos. Y nosotros.
(*) Fuente: El Follonero, laSexta tv. 23/Oct/2011
Imagen: (c) JRMora
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