jueves, 13 de enero de 2011

Palabras que matan

Es curioso cómo evoluciona el lenguaje y el uso que hacemos de él. Cómo una palabra empleada de manera habitual se convierte en proscrita al cabo del tiempo. De qué manera bajamos el volumen a la hora de mencionar determinadas cosas. Cómo los eufemismos conviven con nosotros casi sin darnos cuenta para no quedar fuera del acto humano y natural de socializar. Cómo el sentido peyorativo puede ahogar las mismas sílabas que cargamos de cariño según qué casos. Cómo un '¡Eh, viejo!' puede hundirte en la miseria o arrancarte una sonrisa complaciente.

Categría 1- Raza: Preferimos decir que un hombre 'de color', 'afroamericano' o 'internacional' es esto o hace aquello porque prejuiciamos al negro y anteponemos su supuesta ofensa ante la evidencia. Es negro y punto. El primer término ha llegado a molestar a los aludidos al preguntarse '¿de color, de qué color?'. Quien se sienta incómodo al referirse como negro al negro es que necesita desprenderse de prejuicios y estereotipos grabados a fuego durante años, lo cual no es fácil. Lo mismo va dirigido a aquellos tímidos que se medio esconden y a media voz hablan del 'negrito'. El 'afroamericano', término 'made in USA', proviene de la norteamericana, la sociedad hipócrita por antonomasia que se rasga las vestiduras al recalcar el color de la piel de buena parte de su población y prefiere expresar, mediante rodeos lingüístico-históricos, el proceder de esa pigmentación. En todo esto juegan un papel vital los medios de comunicación. ¿Es imprescindible que el titular 'Un hombre apuñaló a otro joven en Madrid' incluya en el subtítulo 'un hombre negro'? Si ambos fueran de raza blanca, ¿estaría especificado en la entradilla? Que responda el Libro de Estilo.

Categoría 2- Sexo: Si bien es cierto que hay diferencias visibles y palpables entre hombres y mujeres también las hay de las que se perciben y con muy mala idea, que digamos. Este apartado se lo dedico a mi colega Ana Rosa Quintana. Por motivos laborales estuve ligada a la publicación estrella de la periodista televisiva, 'AR'. En varios capítulos, mes tras mes, trataba de inculcar una nueva manera de referirnos a aquellas mujeres que habían superado cierta edad y eran discriminadas frente a los hombres con el mismo número de primaveras. Esto es, si un varón de 'mediana edad' es un 'cincuentón' bien conservado, las féminas en el mismo caso se convierten en 'cincuentonas' más o menos estropeadas. Es evidente que, con el tiempo, el tono de la misma palabra no tiene las mismas connotaciones si hablamos de ellos o ellas. Es por eso que Ana Rosa sugiere el término 'cincuentañera' y 'cuarentañera' para evitar la discriminación senil a partir de los 39, cuando una treintañera todavía es sinónimo de fertilidad, juventud y lozanía.

Categoría 3- Edad: Porque vivimos en una sociedad donde la juventud está supervalorada y donde tener determinada edad se convierte en un impedimento para todo. Se es demasiado mayor para trabajar, para salir de fiesta, para emborracharse, para viajar, para follar... De hecho, envejecer es lo peor que nos puede pasar porque nos convertimos en parte del grupo social con menos influencia y más obviado. De ahí que nadie quiera ser viejo y hagamos todo lo posible para evitarlo y, como esto no puede ser, tratamos de disfrazarlo. Llamémoslo estiramiento facial, 'just for men' o ese deportivo que con 20 no pudimos comprar. El caso es que ser viejo no está de moda y, por ello, recurrimos a rodeos tan sutiles y aceptados como 'tercera edad', 'anciano' o 'madurito' interesante. Pero si ser viejo no se lleva, tampoco conviene hacérselo saber al afectado. Es por ello que ahora ingresan en una 'residencia', cuando antes los aparcaban en una asilo.

Estos son algunos casos de palabras que hasta no hace mucho tenían cabida en nuestro vocabulario pero que han sido desterradas por ignominiosas o, simplemente, por incómodas. La degradación de algunos términos hasta su conversión en auténticos tabús ha dado paso a eufemismos más o menos exitosos que buscan, tanto el agrado de unos como el alivio de otros.

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